DOS COPLAS

Estándar

» Manuel.

Dicen que estuvo en la cárcel por rojo. Mozo viejo, setenta y pocos. Gastó sus años en los peldaños de su portería, llevando una vida entre fantasmas de amigos perdidos del barrio, recuerdos de un tiempo lejano y unas cuantas mentiras.

Antonia.

Viuda, dos hijas y un alma tranquila. Se han llenado de arrugas sus ojos entre calceta, costura y las tardes en la cocina.

Y este invierno…  ¡ay que frío! ¡qué frío! ¡Se van «pa» el cielo!

Si les sale barato, y los dos sin pensar en futuros lejanos, se van «pa» el mar, con poca ropa y la ilusión en las maletas.

Y esa noche en el hotel hay fiesta, verbena, luces rojas…

– «Usted se llama Manuel y yo Antonia,  cuénteme su historia, que vale la pena».

– «Y si bailas conmigo morena, se me quitan las penas que tengo en el alma».

Y en Benidorm, cuando llegan las 12, se oye:

-«Reloj, no marques las horas. Tú agárrate y no te sueltes, cariño, que a esta vida le quedan dos coplas y yo quiero bailarlas contigo y que se mueran de envidia las olas del mar.

-«Que si lloro, es de felicidad por tenerte aquí al lado y volver a encender las hogueras de nuestros pecados».

De vuelta…

– «Madrid no es tan frío» – le cuenta en un banco del Retiro.

– «Me rio yo de los que dicen que ya no es edad para amar».

¡Mira tú! y Antonia le mira con ojos rendidos y no dice nada.

– «Los meses que pasan, las tardes contigo…»

Quién fuera a imaginar que el destino, un dia de lluvia, se llevó a nuestra Antonia.

Y al entierro las hijas, los yernos, el barrio entero.Y Manuel, callado,  mirando «pa» el cielo… me dijeron que no pasó de ese invierno, que contaba que se iba con ella a bailar una copla en las nubes, que es allí donde no importa el tiempo.

Y en Benidorm cuando llegan las 12, se oye:

-«Reloj, no marques las horas»

-«Tu agárrate y no te sueltes cariño, que a esta vida le quedan dos coplas y yo quiero bailarlas contigo y que se mueran de envidia las olas del mar».

Y ahora yo, cuando llegan las 12, escucho el:

-«Reloj, no marques las horas».

Y te pido que vengas conmigo, que a esta vida le quedan dos coplas y yo quiero bailarlas contigo y que se mueran de envidia las horas del mar.

Que si lloro es de felicidad por tenerte aquí al lado.

Que si lloro es de felicidad por tenerte en mis brazos.

Que si lloro es de felicidad por tenerte aquí al lado y volver a encender las hogueras de nuestros pecados. «»

-Luis Ramiro – «Dos coplas»-

www.luisramiro.com